Mi alegría es recibir el abrazo de mis alumnos quienes ya están en 3er grado de media y escucharlos decir: ¡Profe si usted volviera al colegio! en ese momento respiro profundo convencida de que les di todo lo que en ese momento tenía para dar.
En mi caminar por el mundo de la educación he encontrado nuevas estrategias, nuevas ideas, nuevas formas de presentar muchos de los temas que un día tuve que compartir en mi salón, a veces con pena me digo a mi misma: ¡ Si lo hubiese sabido antes! pero de lo que si estoy segura es de que todo lo que sabía lo di al 100%, para qué guardar algo que tenía para dar, por qué privar a mis alumnos(as) de lo que había aprendido con el único compromiso de compartirlo formando vidas.
Ahora que finaliza el año escolar y me toca visitar tantas aulas siento pena de lo que veo, corre corres para llenar los libros que nunca fueron llenados durante el año, completar caligrafías sin importar si la letra está quedando bien o no, cuadernillos sin importar que fueron temas dados hace meses en clases, ¡completar, completar, completar! con el único objetivo de llenar espacios vacíos sin detenerse un segundo a pensar si estas acciones están llenando vacíos en la cabeza de nuestros alumnos, en sus cerebros. ¿Cuánto están aprendiendo con tan solo llenar? sin profundizar, sin analizar!! ¿Qué estás logrando maestro(a)?
¿Qué preguntas te harás para finalizar este año escolar? quisieras responder: ¿cuánto diste? ¿Llenaste las expectativas de tus alumnos? ¿Qué te faltó hacer por ellos?
¡Finaliza el año escolar con la mismas energía que lo iniciaste, solo así quedarás sin deudas pendientes!
"Me da pena con la persona que no puede disfrutar verdaderamente de su trabajo. No solo nunca se sentirá satisfecha sino que jamás logrará algo que valga la pena."
Walter Chrysler
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